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El hombre la agarra y empieza a balancearla salvajemente de un lado a otro, mientras el animal intenta defenderse como puede y ataca para continuar su viaje río abajo.
El incidente llegó a oídos de las autoridades brasileñas, que no dudaron en multar al pescador y a sus acompañantes por molestar a la anaconda. Una escena absolutamente impactante para quienes entienden lo peligrosas que son las anacondas, sobre todo porque superan los cuatro metros de tamaño.
Sin embargo, el pescador y sus acompañantes parecían estar pasándoselo en grande y no paraban de reírse.